Tuesday, July 5, 2011

Esta es la historia de cómo conocimos a Leonardo Gimbernard (Leo)

Sábado 3 de Julio 2010

Estábamos sentadas en una mesa frente a Taco Bell de Diamond Mall, comiendo tacos y casi llorando las dos por algo que no podría explicarles a ustedes. Cuando de repente escuchamos Beat It de Michael Jackson y volteamos instintivamente a ver quien llevaba la música con tan alto nivel de volumen. Y allí estaba; pantalones negros, t-shirt negro a lo cual le había puesto una camisa blanca, tenis y su mochila a los hombros; bailando, cantando y sonriendo.

Bueno, después de una noche de decepción y luego llega este muchacho que llama tanto la atención y que lucía tan alegre queríamos hablarle. Ya saben, para ver si nos alegraba un poco por lo menos, y como conocer personas nunca está de más. Pero no sabíamos como acercarnos a él y a su amigo, porque este iba acompañado. Nos la pasamos el resto del tiempo discutiendo quien debía hablarle, pero ninguna se animaba. Sabíamos que estaban hablando de nosotras, aunque estuvieran hablando en ingles, y era obvio, pero tampoco ninguno de ellos se animaba.

¡Hasta que paso lo que tenía que pasar! Una llamada al celular. ¡Nos vamos! ¡Y aun no le hemos hablado! Bueno, pues ya qué más da. Vámonos. Nos paramos a votar la basura de los tacos y seguimos caminando con destino al carro, ¡no!, ¡espera! Solo yo estoy caminando con destino al carro. ¿Rocio? ¿Dónde estará…? ah! ¡Allí estas! No lo puedo creer.

Pues sí, les estaba hablando. Me mantuve a la distancia justo donde me había parado. Veo que están hablando, sacan celulares e intercambian número.

Rocio había terminado de hablarles y se dirigió a mí. Les hicimos señas de despedidas y nos encaminamos a bajar a la primera planta y esta vez sí dirigirnos a la puerta de salida de la plaza.

En cuanto habíamos bajado las escaleras eléctricas escuchamos como gritan.

-¡Lucia! –Miramos hacia arriba y era Leonardo.

-Me llamo Rocio.

-¿Rocio?

-Sí, Ro-ci-o.

-¡Ah! Rocio. ¿Es 14-49?

-No, es 15-49.

-Ok! 15-49, 15-49, 15-49 –Y desapareció corriendo.

Y oficialmente estaba iniciando una nueva amistad.

1 comment:

  1. Hola Rocío:

    No había visto hasta hoy tu escrito de cómo conociste a Leo, mi hijo. Te agradezco mucho el que le hayas dedicado estas bonitas líneas, recordándolo alegre y muy buen amigo. Gracias de nuevo y que Dios te bendiga.

    Jacinto Gimbernard Pratt

    ReplyDelete